Servir un buena tabla de quesos es todo un arte.
Cada cumpleaños, durante los últimos años (desde que puedo disfrutar una copa de vino frente a mis papis), invité a mis amigos a una noche de ‘quesos y vinos’, una de las combinaciones gastronómicas más deliciosas.
La verdad compraba todo tipo de quesos y listo, pero con el tiempo me di cuenta que la clave para armar una tabla de quesos perfecta, para que así cada uno vaya probando diversos sabores, texturas y olores, está en la variedad. Entiendo que puede ser difícil elegir entre tantos quesos, pero en este post te doy algunas claves para hacerlo de la manera más sencilla.
La variedad es la clave
Cuando armo una tablita de quesos me aseguro de incluir al menos uno de cada variedad: queso fresco, cremoso y suave (puede ser de cabra); queso con corteza y mantecoso (como el Camembert o el Brie); queso semiblando (fontina, por ejemplo); queso duro, seco y sabroso (como el parmigiano-reggiano); y queso azul (un roquefort, tal vez).
Mezcla las texturas
Como con un buen ‘outfit’ jugar con la textura es importante para una bandeja de quesos exquisita.
Incluye un queso familiar
Esto es importante porque no todos tus invitados serán aventureros como tú. Es bueno incluir un queso que tu invitado pueda identificar. El cheddar, el gouda, el suizo… son una buena apuesta.
Decora con complementos
Esto es tan importante como la selección. Asegúrate de complementar con algo dulce (ya sea una compota de higos o uvas frescas o confitadas. Te aconsejo los higos de La Vasca) y algo salado (como pistachos, nueces, o carnes curadas, como un rico jamón serrano, mi vicio). La pasta de membrillo es perfecta para combinar con un queso Manchengo.
La combinación perfecta
Es esencial tener un carbohidrato como galletitas, pan pita, crostinis o pancitos de diversos sabores para que tus invitados degusten el queso (te aconsejo el pan de orégano de Mi Dulce Olivia).
Para darle un toque extra, puedes poner una etiqueta chic en los quesos para que tus invitados sepan qué están comiendo.
Creo que ahora nos podemos considerar expertas en quesos, ¿no es cierto? Anímate a hacer una vineada con quesos y cuéntame cómo te fue. Si tienes consejos, compártelos en el blog!
Bon appetit y a lucirse!
GUIA DE QUESOS
Quesos frescos. Quesos sin añejar, suaves, frescos y con sabores delicados (Mozarella, mascarpone, ricotta, queso de cabra, queso fetta)
Quesos azules. Marmoleados de tonos azules y verdes, con mucho cuerpo y olores fuertes (Roquefort, stilton y gorgonzola)
Quesos semi-curados. Quesos añejados durante varios meses, en su mayoría tienen una corteza gruesa o son cubiertos por cera para mantener su humedad. (Gouda, emmental, manchego, gruyere, y cheddar)
Quesos cremosos. Con textura cremosa por dentro y una corteza blanca y aterciopelada por fuera, con sabores versátiles que varían en base a su proceso de maduración. (Camambert y brié)
Quesos curados. A diferencia de los quesos semi-curados, estos pueden llegar a ser añejados durante años, logrando sabores más intensos y complejos, con notas de frutas, especias y nueces. (Parmesano y manchego curado).
Tips esenciales!
Saca los quesos del refrigerador una hora antes de que lleguen los invitados, para que tomen la temperatura del ambiente. Justo antes de servirlos, quítales el envoltorio (nunca antes).
Colócalos en un plato o en una tabla de madera, en el sentido de las agujas del reloj, de los más suaves a los más fuertes. Lo ideal sería que se degustarán en este orden, para no abrumar al paladar.
Aquí les dejo fotos de cómo armé mi mesa de quesos y dips en mi cumple y fiesta navideña.
Te aconsejo el queso Roca del Illimani de Flor de Leche. Amo!